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Madre denuncia por homicidio a 2 médicas por muerte de Ximena

(Página Siete).- Martha Alípaz, madre de Ximena Cuéllar, la internista que murió el 4 de junio por un tipo de fiebre hemorrágica aún no identificado, denunció ayer por homicidio culposo a la directora del Hospital Municipal de Caranavi, Adela Limachi, y a la jefa de médicos internistas, Raquel Ticona, porque -argumenta- le negaron la atención debida a su hija y la mantuvieron en agonía por más de siete días.

“Mamá, yo les he avisado (a las doctoras). Yo estoy mal desde el 20 mayo, estaba con fiebre, pero me siguieron haciendo trabajar”, fue lo que Ximena Cuéllar contó, vía telefónica, a su madre el 26 de mayo, cuando decidió avisarle de su grave estado de salud en Caranavi.

“‘Hijita, por qué no me has avisado antes’, le pregunté. Me dijo que no quería hacerme preocupar (…). Recién el 24 (de mayo) le dejaron (descansar) en su cuarto sola, pero sin ninguna atención, hasta que llegó a una etapa crítica. El día lunes (27) recién la internaron, cuando ya no podía ni caminar”, relató Alípaz.

La madre hizo pública su denuncia contra Limachi y Ticona ayer en conferencia de prensa, junto con el rector de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Waldo Albarracín, quienes se constituyeron en “víctimas” en la denuncia que presentaron ante la Fiscalía.

“Lo que sí estamos en condiciones de asegurar es que hubo negligencia médica, un tratamiento poco profesional, una ausencia de solidaridad, falta de sensibilidad humana para la persona y su familia que ha derivado, como consecuencia, en la injustificada muerte de una joven que tenía mucho futuro”, afirmó Albarracín.

Alípaz aseguró que su hija agonizó desde el 20 de mayo, cuando reportó a sus superiores que estaba enferma (posiblemente de dengue), hasta el 2 de junio, cuando logró evacuarla por sus medios al Hospital de Gastroenterología de La Paz, donde perdió la vida dos días después.

Por las conversaciones de texto que mantuvo con otros compañeros y su familia, se conoce que uno de los argumentos que dio la jefa de residentes para no darle descanso ni pedir su tratamiento, fue que Ticona también se había enfermado de dengue y que ella pasó la enfermedad trabajando, así que Cuéllar debía hacer lo mismo.

Entre lágrimas, la madre relató cómo fue testigo del rápido deterioro de la salud de su hija en el Hospital de Caranavi, lugar donde vivía y donde sólo un médico de apellido Conde, de nacionalidad cubana, le prestó la atención debida, al frenar la profusa hemorragia que el virus le produjo en sus encías y la estabilizó para su traslado a La Paz. La familia aseguró que presentó sus denuncias en el Ministerio de Salud y el Servicio Departamental de Salud (Sedes), pero no recibió respuesta.

Además de cuestionar la falta de sensibilidad hacia su hija, la madre relató que ahora están preocupados, ya que ella y varios familiares tuvieron contacto directo con la joven. “El día que murió mi hijita, yo la abracé, la besé en la boquita”, recordó entre lágrimas.

Alípaz denunció que hasta ayer ninguna institución se comunicó con ellos, pese a la gravedad de un posible contagio. Por ello, cada uno tuvo que correr con los gastos para los análisis de laboratorio que se tomaron para descartar el posible contagio.

En su denuncia escrita, la madre relató que la directora del hospital sólo quería que se lleve a su hija, que le ofreció pagar la ambulancia e incluso el traslado por avioneta. Sin embargo, por el cuadro delicado de la joven, se tuvo que recurrir a un vehículo con equipo de terapia intensiva y que todos los gastos, que sumaron más de 30.000 bolivianos, fueron pagados por la familia.

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