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SOL.bo, en su mala hora

Desde que Bolivia retornó a la democracia, en 1982, algunas frases o actitudes de actores políticos fueron paradigmáticas por que reflejaron la efervescencia que se vivía en esos momentos o por que terminaron afectando/sepultando a organizaciones políticas que en ese momento se mostraban como vigorosas.

Ejemplos de lo señalado fueron los casos “Narcovinculos”, que aniquilaron al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el proceso “Mochilas I y II” que afectó a la agrupación Demócratas de José María Leyes y, recientemente, las denuncias sobre Tersa y el proyecto WTC que hirieron de muerte a la agrupación SOL.bo del Alcalde Luis Revilla.

En el primer caso, los “Narcovínculos”, tuvieron como actores a Oscar Eid, operador político del entonces presidente Jaime Paz Zamora, del MIR, y Edgar Fernández Lazcano, lugarteniente del narcotraficante Isaac “Oso” Chavarría.

En una conversación telefónica, Fernández le pidió dinero a Eid ya que se encontraba “jodido” (mal por alguna causa). La respuesta del estratega mirista fue de antología: “¿Jodidos?, jodidos estamos todos”.

Esas declaraciones terminaron de hundir al MIR y desembocaron en la renuncia a la política de Paz Zamora (quien ahora retornó como candidato presidencial).

Otro caso fue el registrado como Mochilas I y II.

La Alcaldía de la ciudad de Cochabamba adjudicó la compra de 91 mil morrales por 12, 7 millones de bolivianos para la gestión 2018 con un presunto sobreprecio y con los logotipos ya estampados. Tras una investigación, la justicia encontró irregularidades atribuibles al burgomaestre José María Leyes.

José Miguel Padilla, ex hombre de confianza del alcalde y la “Number One” (Claudia Leyes, hermana del burgomaestre) fueron señalados como partícipes de la trama mientras que el cuñado de Padilla ratificó que entregó 45 mil dólares a una de las hermanas del Alcalde como una “gratificación” del importador, según el periódico Los Tiempos.

Rubén Costas, gobernador cruceño y jefe del partido Demócratas, al cual pertenece Leyes, declaró al Alcalde como el “gran mártir del 21F”. Días más tarde, el burgomaestre fue encarcelado por corrupción.

La agrupación política Demócratas fue seriamente afectada a tal punto que Costas declinó la candidatura a la Presidencia. Inclusive el caso Mochilas evitó una ya cantada alianza política con Carlos de Mesa, según reportes de prensa.

Un tercer proceso que enlodó a una agrupación política se evidenció en la ciudad de La Paz.

El concejal de SOL.bo Fabián Siñani y su esposa Maricruz Medrano Estrelli fueron señalados por el supuesto favorecimiento a la empresa Tersa que administra el relleno sanitario de Alpacoma. Una diputada inclusive presentó una denuncia por Incumplimiento de Deberes y Uso Indebido de Influencias.

Tras ello, la concejala de esa agrupación, Cecilia Chacón, denunció al menos seis irregularidades en el proyecto WTC donde también fue mencionado Siñani y su esposa. Tras la denuncia, los concejales  implantaron la “ley del hielo” contra Chacón quien dijo que sus colegas “ya no me hablan”.

Por si fuera poco, Pedro Susz, también militante de SOL.bo -pero seguidor del exalcalde Juan Del Granado-, arremetió contra el proyecto del WTC que era impulsado con entusiasmo por la Alcaldía dirigida por Revilla.

Es decir, se manifestó una pugna entre “Revillistas” (seguidores de Revilla) y Granadistas” (simpatizantes de Del Granado)

Estas pugnas amenazan con el hundimiento a SOL.bo y ponen en aprietos a su principal socio, el candidato presidencial Carlos de Mesa quien parece hacer lo imposible para no sufrir el impacto de la caída de su aliado político. (Cambio)

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