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Cuatro Revoluciones Industriales

Estamos a las puertas de una nueva revolución industrial. Esta vez, la inteligencia artificial (IA) se destaca como una tecnología de propósito general (TPG) que lo cambia todo: la forma en que producimos, consumimos, comerciamos y trabajamos.

La irrupción de la IA y otras tecnologías asociadas no se circunscribe a un conjunto reducido de sectores o actividades sino que se extiende a toda la economía. La experiencia de las revoluciones industriales previas – la máquina de vapor a fines del siglo XVIII, la electricidad a fines del siglo XIX y las TIC a fines del siglo XX- sugiere que aquellas firmas y países que más rápido adoptan y difunden las nuevas tecnologías son quienes obtienen más oportunidades de crecimiento económico.

Por ello, estos episodios de cambio tecnológico acelerado fueron períodos de gran divergencia en los ingresos, la productividad y el bienestar entre los países. La cuarta revolución industrial abre una oportunidad de crecimiento para muchos países en desarrollo, incluyendo a los latinoamericanos. Para entender cómo puede impactar la cuarta revolución industrialy más precisamente la irrupción de la IA en las economías latinoamericanas, se desarrolla en este documento un ejercicio de simulación de escenarios alternativos de adopción y difusión de IA y su impacto sobre el crecimiento de la economía en general y algunos sectores en particular.

El ejercicio sugiere que, el ritmo de crecimiento económico podría acelerarse en más de un punto porcentual por año durante la próxima década si se logra romper con la tendencia histórica y acelerar la tasa de adopción de tecnologías asociadas a la IA.

Los ejercicios muestran también que la aceleración del crecimiento no se restringiría a un pequeño puñado de sectores de alta tecnología sino que sería un fenómeno de carácter general.

Una rápida e intensa adopción tecnológica no es automática: requiere de empresas dinámicas que puedan absorberlas tecnologías asociadas con la IA y, sobre todo, de una fuerza de trabajo con habilidades, capacidades y conocimientos compatibles y complementarios a esas tecnologías.

Es allí donde América Latina enfrenta un gran desafío: apenas un 18% de sus trabajadores cuenta con las habilidades que se potenciarán con la revolución de IA. Así, el papel de los Estados es central para promover y facilitar el proceso de adopción tecnológica por parte de las firmas y para readaptar las habilidades de los trabajadores.

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